domingo, 17 de junio de 2012

Cómo ser un zombie

¡Hola de nuevo!

Hace un tiempo me encantaban los zombies, curiosamente cuando a casi nadie le gustaban, y me acuerdo que siempre estaba dibujando cosillas desagradables y hablándole a la gente sobre películas y cosas que salían porque me hacía gracia esa cara como de asco que ponían. Pero desde hace unos años los zombies están muy de moda y nos los encontramos hasta en la sopa: que si juegos de mesa de zombies, que si expansiones de videojuegos que no son de zombies para que sí sean de zombies, que si guías de supervivencia contra zombies, que si adaptaciones de clásicos de la literatura para incluir zombies... El mercado está saturado de carne putrefacta ávida de nuestros cerebros. Nunca olvidaré el día que encontré en la Abaccus la versión zombie de Lazarillo de Tormes, o la de Don Quijote. Eso me hizo gracia, pero tal vez ahí fue cuando empecé a darme cuenta de que los zombies estaban ya entre nosotros, dispuestos a poblar (o mejor dicho despoblar) la Tierra. No hace mucho llegué incluso a ver libros como La Noche de los Trekies Vivientes, sobre zombies en una convención de Star Trek; o España: Una Grande y Zombie, sobre una segunda guerra civil un poco "distinta" a la primera. Vale, me conozco y en realidad me muero y me vuelvo zombie por leerlos, para qué engañaros.

Ahora lo entiendo todo: ¡el ciego no estaba ciego,
es que se le habían comido los ojos!
Este juego es para partirse,
sobretodo si tus contrincantes llevan una motosierra.

Pero eso no significa que no esté ya un pelín harta de estos seres despellejados.

Claro que dicen que hay que adaptarse a los tiempos que corren y tal, y si están de moda los zombies, será que lo más cool del momento será ser uno. Así que no os sorprendáis si las pijas de vuestra ciudad empiezan a tener un aspecto un poco menos vivaz o si en los institutos los chavales presumen de sus nuevas cuencas vacías o de si en los nuevos desfiles de moda algún diseñador de estos hipermegaconocidos nos muestra su nueva serie de vestidos Piel de Kebab o la colonia Eau de Podritée.

El caso es que quizás vosotros también queráis estar a la última y convertiros en unos modernos zombies que sean la envidia de todos los infectados. Pues tranquilos, habéis escogido el blog adecuado. ¡Desde La Ventana de Lyh Dyr os presentamos los últimos trucos para estar a la moda! Pero como sabemos que las cosas fashion son muy caras, vamos a ir a lo barato y vamos a optar para evitar esos complementos costosos como una motosierra con la que amputaros un brazo, un par de viruses de ésos que te dejan chungo el cerebro o una carísima operación estética para que os cuelgue con estilo la columna vertebral de las lumbares. Que además, ya se sabe cómo son las modas, vienen y van y tampoco conviene gastar tanto para una cosa que luego ya no va a estar a la última. ¡Aquí os enseñaremos a parecer un zombie sin mucho gasto y que nadie note la diferencia!


En primer lugar, los zombies están muertos. Como eso puede ser un poco problema, sobretodo si aun vais al instituto y teméis que vuestros padres no os den permiso y tal, vamos a obviar ese paso y a recurrir a técnicas un poco menos complicadas. Para que nadie distinga si estáis muertos o sólo vais de que lo estáis, sólo tenéis que untaros alguna pintura que os haga parecer poco saludables, como pintura de cara blanca + un poco de amarillo, o si sois manitas con eso de las manualidades, acrílicos de esos colores, que dan más el pego. Os lo embadurnáis por todo el cuerpo, sin excepción, y cualquiera que os vea pensará que un virus chungo os ha petado el hígado. ¡Ah, no olvidéis oscureceros los párpados inferiores como si fueráis unos ojerosos, es un clásico que nunca pasa de moda!

Pero claro, esto no basta, porque los zombies además de muertos están podridos. Para dar un aspecto más convincente, debéis añadir pintura marronosa a vuestro cuerpo, de manera que tengáis un aspecto más como de un kebab andante. Colores como el verde oscuro para dar un aspecto más mohoso, o el violeta en los labios y las mejillas para sugerir un avanzado rigor mortis os harán parecer aun más zombies. Y no olvidemos que como se supone que estamos muertos, hemos olvidado lo que es el dolor y ser cautelosos, así que nunca está de más tener alguna que otra herida con mal aspecto. Para ello, si eso de rajaros un brazo con un taladro no os mola, podéis pegaros algodón donde queráis haceros la herida, con cola blanca, en tiras finas o bolitas simulando el aspecto de una crostra. Después os la pintáis de marrón reseco, con otros colores como rojo sangre, violeta chungo, verde moho o amarillo infeccioso y veréis que bonito que queda. ¡Muy chic!

¿Aunque quien creería que sois zombies si os presentáis pulcramente vestidos con una camisa recién planchada y unos pantalones impolutos? ¡No, no y no! ¡Los zombies son guarros! Tienen la ropa sucia, no la planchan nunca y lo más normal es que la lleven rota. Así que si queréis parecer unos verdaderos muertos vivientes, no os lo penséis dos veces y romped vuestras camisas, rasgar vuestros pantalones, arrugadlo todo, restregadlo por el suelo y tiradle pintura roja y marrón por encima, a no ser que queráis ser un poco más auténticos y queráis decorarlo con sangre y excrementos, perfectos complementos para unos individuos que comen carne humana y no olvidaron relajar sus esfínteres el día que murieron.

Finalmente, no hay nada más importante a la hora de seguir un estilo que el de la actitud. Para ser unos buenos zombies, debes negar cualquier signo de inteligencia en vuestros gestos y hasta en vuestros ojos. Movéos como si os dolieran el culo y la espalda, dejad caer alguna que otra baba de la comisura de vuestros labios, lenta y desagradablemente, y arrastrad los pies como si os pagaran por pulir el suelo con las suelas de vuestros (espero que destrozados) zapatos. También ayuda estirar estúpidamente los brazos hacia delante, pero eso es muy cansado y todos sabemos que los zombies no destacan por ser unos amantes del ejercicio. No subáis ni bajéis escaleras si no es de forma que os tiréis por ellas u os peléis las rodillas con los cantos de los escalones. Limitad vuestras conversaciones a un simple: "Aaaaaah" "Wuuoooooh" "Aaaauuuuoooh". Un buen ejemplo del comportamiento de un zombie es aquél repotaje sobre altas tendencias de la moda y casas lujosas titulado Resident Evil, aprended de él como si fuera vuestro manual. Por último, es importante tener una cosa clara en mente: los zombies no aceptan otros estilos o modas, así que si véis a alguien que no sigue la tendencia zombie, sed intorelantes y lanzáos a por esa persona como si fuérais a sacarle los ojos y a sorberle el cerebro por la oreja. No querréis que los verdaderos zombies se den cuenta de que no sois uno de ellos y decidan tomar la misma medida con vosotros, ¿no?

Para que veáis que yo sé de lo que hablo y sigo al pie de la letra la moda zombie, aunque ya esté un poco hasta las narices de ello, mirad que conjunto más bonito y estiloso me puse para el festival de Sitges del año pasado. ¡Incluso participé en un desfile de moda, ojo! El Zombie Walk. Si es que yo lo valgo:



Y lo mejor de todo es que pude confeccionármelo en el tren, de camino a Sitges. Esos ignorantes del vagón me miraban raro mientras me ponía cola blanca y pintura acrílica por el cuerpo, pero qué sabrán ellos sobre moda.

¡Hasta pronto, amiguetes putrefactos!




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